Cuando leer se convierte en magia: claves para despertar la pasión por la lectura infantil

Cuando leer se convierte en magia: claves para despertar la pasión por la lectura infantil

Cómo fomentar el hábito de la lectura y sus beneficios 

Por Pepa Cito — Taller de Madres 


Introducción: el poder de la lectura en la infancia

La infancia es una etapa fascinante: en la que comienzan a leer y a descubrir que detrás de las letras hay mundos enteros por explorar.
Sin embargo, el amor por la lectura no surge por obligación, sino por motivación y ejemplo.
En esta etapa, el papel de la madre y el padre es esencial para acompañar, guiar y sembrar ese gusto por los libros que los acompañará toda la vida.


¿Por qué es tan importante la lectura?

La lectura a esta edad no solo desarrolla habilidades académicas, sino que fortalece la mente, el lenguaje y el corazón.
Veamos sus principales beneficios:

1. Desarrolla la inteligencia cognitiva

Leer estimula la atención, la memoria y la comprensión. Los niños que leen con frecuencia tienen más facilidad para concentrarse y seguir instrucciones.

2. Enriquece el lenguaje y la expresión

Escuchar y leer historias amplía su vocabulario, mejora su pronunciación y los ayuda a expresarse con claridad y seguridad.

3. Potencia la imaginación y la creatividad

Los libros les permiten imaginar lugares, personajes y aventuras. Esto impulsa la capacidad de crear y soñar, base de toda innovación futura.

4. Fortalece el vínculo afectivo madre-hija

Leer juntos cada día crea momentos íntimos de conexión, seguridad y afecto, que fortalecen la autoestima y el apego emocional.

5. Transmite valores y virtudes

A través de los cuentos, los niños aprenden sobre el bien, la empatía, la solidaridad, la fe, la paciencia o la esperanza —valores que formarán su carácter.


Cómo fomentar el hábito de la lectura en casa

A continuación, algunas estrategias efectivas que las madres pueden aplicar con sus hijos de 6 años:

1. Haz de la lectura un momento de cariño

No debe ser una tarea, sino un encuentro diario. Crea una pequeña rutina de lectura antes de dormir o después de la merienda, como un “ritual familiar” de lectura conjunta, e incluso alternando tu papel, y que también te escuche como le lees y realizas la entonación, creando un momento mágico para que pueda preguntarte todas aquellas palabras que no comprende y que por tanto les frenaría a continuar leyendo.

2. Predica con el ejemplo

Los niños imitan lo que ven. Si te ven leer (aunque sea tu Biblia, una revista o un libro corto), entenderán que leer es algo natural y valioso.

3. Crea un rincón de lectura en casa

Un espacio bonito, con cojines, luz cálida y estantería a su altura. No importa el tamaño: lo importante es que sea “su lugar especial”.

4. Permite que elija sus libros

Cuando los niños pueden escoger lo que leen, aumenta su motivación. Libros de animales, aventuras, cuentos clásicos o de valores son ideales.

5. Usa la lectura como juego

Haced turnos para leer personajes, inventad finales distintos, dramatizad voces. Cuanto más divertida sea la experiencia, más la disfrutarán.

6. Refuerza el contenido con preguntas

Después de leer, pregunta:

“¿Qué parte te gustó más?”
“¿Qué harías tú en lugar del protagonista?”
Esto mejora su comprensión lectora y desarrolla pensamiento crítico.

7. Conecta la lectura con la vida real

Si leen un cuento sobre el mar, podéis visitar la playa o ver documentales cortos. Esto refuerza la curiosidad y da sentido a lo que aprenden.


Recomendaciones de libros de inicio para niñas y niños

  • “Cuentos para leer antes de dormir” – Varios autores

  • “Elmer, el elefante de colores” – David McKee

  • “¿A qué sabe la luna?” – Michael Grejniec

  • “Los cuentos de la Biblia para niños” – Editorial San Pablo

  • “Cuentos con valores” – Varios autores

(Puedes adaptar esta lista a tu línea editorial: espiritual, educativa o lúdica).


Conclusión: leer es sembrar futuro

Fomentar el hábito lector en casa es uno de los mayores regalos que una madre puede ofrecer a su hijo.
Cada historia compartida deja una huella, un valor, una emoción.
No se trata solo de enseñar a leer, sino de enseñar a amar el conocimiento, la belleza y la verdad.
Y eso —como toda gran educación— comienza en el hogar.


“Un niño que lee será un adulto que piensa.”